Conoce tu Biblio

no habrá final feliz
Isabella Giselle
Grupo Representativo de Escritura Creativa
Es inicio de semestre, una temporada tranquila: no hay entregas, no hay desvelos, y para ese proyecto aún tienes tiempo. Y en ese momento en que el aire se condensa en una calma aparente, te adentras en la biblioteca; abres un libro al azar, esperando quizás alguna historia curiosa. La primera página ya dice mucho: ¿Un legionario romano muerto en el baño? Así empieza No habrá final feliz, de Paco Ignacio Taibo II. Y sí, así como suena. Desde la primera página te das cuenta de que no es un muerto cualquiera ni un baño cualquiera. El cadáver, con sandalias y un casco, como comprometido con el disfraz y todo, aparece en un edificio sobre la calle Artículo 123 en la Ciudad de México. Pero no creas que este es el suceso más sorprendente de la historia; vendrán muchos otros acontecimientos que sin duda ya te habrán llevado a un cómodo sillón de la biblioteca.
el muerto aparece como un hilo del que irás jalando junto al detective para descubrir el misterio
En ese mismo edificio irás conociendo a cuatro personajes, que van dotando a esta historia de un realismo tal que creerás por unos momentos habitar con ellos: Héctor Belascoarán Shayne, un detective que ha llegado a serlo únicamente por las cuestiones más extrañas que podría idear el destino; Carlos Vargas, tapicero de oficio; Gilberto Gómez Letras, plomero; y Javier Villarreal, alias El Gallo, ingeniero en cloacas. Así, súbitamente eres transportado a su mundo, uno que parece funcionar con sus propias reglas, y donde Belascoarán, a sus 33 años, ha encontrado una especie de refugio en la normalidad. Al menos hasta que el muerto aparece como un hilo del que irás jalando junto al detective para descubrir el misterio.
Pero si ahora no estás suficientemente embobado con la historia, te dejaré saber que el cadáver desaparece; en su lugar queda un olor persistente a muerte, una advertencia escrita a máquina, un boleto de avión a Nueva York… y una foto que no vas a olvidar: un hombre con la garganta abierta por una navaja. Es ese momento el que define todo. Héctor podría irse, hacerse el loco –tú también. Y deberías; si para este momento tenías algún pendiente en la mochila, sería recomendable que siguieras tu vida, porque si decides quedarte como el mismo Belascoarán lo ha hecho, entonces no hay forma de abandonar este libro. Desde aquí, te vas tú también con el misterio.
Lo que sigue es un viaje por las entrañas del viejo Distrito Federal. De pronto podrías estar en una persecución por la colonia Roma, o viendo estaciones de policía incendiarse con el fuego de la inconformidad, cafés con los típicos toldos rojos extendidos por avenidas que parecen infinitas, cantinas con música en vivo y espectáculos en las esquinas. Casi puedes escuchar las canciones que suenan en la radio del coche o el murmullo de la ciudad que nunca deja de moverse.

La historia crece. Hay más muertes, sí, pero también giros inesperados; personajes que únicamente pueden existir en la televisión mexicana, como un hombre que hace lagartijas sin parar en un único programa; y con el espectáculo, pistas que parecen no tener relación, hasta que empiezan a encajar de maneras insospechadas. El mundo que retrata Taibo II es reconocible no solo por los escenarios reales que aún pueden visitarse, sino por los pensamientos y frases que resuenan con fuerza a lo largo de las páginas.
Además, los personajes se sienten reales: parece que han cobrado vida cuando conoces más a fondo sus personalidades, sus oficios. Son personas comunes, pero que terminan envueltos en una historia que los supera. Y a ti también.
Así, sin perder en ningún momento el ritmo que mantiene la atención a lo largo de todo el relato, la novela llega a un cierre en el que el título cobra un sentido completo por su crudeza y por la fuerza con la que las últimas palabras abandonan al lector en un sentimiento de fascinación. No habrá final feliz, de Paco Ignacio Taibo II, estará muy pronto disponible en la biblioteca de la Universidad La Salle Oaxaca. Por su extensión accesible y su fuerza narrativa, es una obra ideal para quienes buscan una lectura que atrapa desde la primera página y no se suelta fácilmente.