Conoce tu Biblio
Blind dates en el corazón de la Universidad
Brenda García
Grupo representativo de Escritura Creativa
Es un placer saludarles de nuevo, queridos lectores –o sea mi mamá y el equipo de redacción de Epicentro. El alto mando aprobó que el anterior artículo se convirtiera en una columna que se publicará en cada edición de Epicentro a partir de ahora –al menos hasta que me canse o me corran, lo que ocurra primero.
El título de este artículo es un tanto raro, pero, si no te saltaste el dossier, te habrás percatado de la entrevista exclusiva que tuvimos con el arquitecto Juan José Santibáñez, el hombre que dirigió la construcción de nuestra universidad. Son muchas las genialidades que dijo, pero una frase captó mi atención:
La biblioteca es el corazón de una universidad .
Podrá no parecer gran cosa en primera instancia; no obstante, es una analogía muy poderosa. ¿Qué es el corazón? El corazón es el órgano encargado de bombear la sangre que lleva el oxígeno y nutrientes a todo rincón de nuestro organismo para que este pueda subsistir. Ahora, ¿cómo se compara esta función con nuestra querida biblioteca? Pues en nuestra escuela los nutrientes son el saber y los conocimientos para las células que lo componen (nosotros). Y ¿quién bombea (o provee) ese saber?: la biblioteca.
¿Te has dado cuenta de qué, no importa a dónde vayas, siempre pasas cerca de la biblioteca? Pues esto, mi estimado, no es coincidencia. Al igual que el corazón, que se encuentra en el centro de nuestro pecho, la biblioteca fue ubicada con toda intención en el centro de nuestra casa de estudios para que siempre la tengamos presente, y en palabras del arquitecto: “La biblioteca no es un lugar que debe estar guardado, es un paso obligado para todo aquel que entra”.
Pero su ubicación no es el único dato curioso que destaca de este edificio. Por ejemplo, ¿has notado los huecos que se aprecian en la pared desde el segundo piso? Comentaba el arquitecto Juan José que a veces el conocimiento no se da solo por la razón, sino también por la intuición; de manera aparentemente inconsciente, sucedió esta curiosa analogía en la que el número de huecos es igual al número de días que tiene el año. De la misma manera que los días, ninguno es igual a otro; al no repetir un patrón de medidas específico, cada uno es único y especial a su manera. Realmente no exagero cuando digo que el grupo de arquitectos se preocupó de que cada detalle favorezcan nuestra comodidad al estudiar: se procuró que la iluminación y la ventilación sean las ideales para generar un espacio armonioso que propicie el flujo de ideas –así que no le eches la culpa al espacio por tus distracciones, pequeño procrastinador.
¿A qué te refieres con blind dates?
Sin embargo, un espacio no es nada sin su gente; el corazón de la universidad carecería de sentido si no tiene células que alimentar. Es por ello que en este momento se realizan distintos esfuerzos por parte de la biblioteca para atraer a los estudiantes a que no solamente consuman contenido académico, sino también literatura –¡aprécialos!
Una iniciativa que destacó para mí tiene relación con la primera parte del título de este artículo. Me dirás: ¿a qué te refieres con blind dates? Bueno, para mis lectores no bilingües, significa “cita a ciegas”, y es el nombre de la dinámica propuesta por las responsables de la biblioteca como reactivación del espacio después de la pandemia.
El pequeño stand que está justo en la entrada con libros envueltos en papel está disponible para que elijas cualquiera de ellos al azar, con la finalidad de que le des la oportunidad a un libro nuevo por el que probablemente no habrías estado interesado en un principio, y así te atrevas a explorar nuevos géneros que no conocías. – Quién sabe, tal vez uno pueda terminar siendo tu favorito.
Si eres como yo – una persona ansiosa con temor a probar cualquier cosa nueva y que siempre pide el mismo platillo en los restaurantes – esta dinámica te parecerá muy amigable, ya que, si no te gusta el libro, tienes la facilidad de devolverlo sin ser juzgado y escoger otro.
Se tiene pensado que esta dinámica se repita mes con mes, renovando los libros expuestos de acuerdo al criterio de los bibliotecarios, quienes procuran que se tenga variedad de géneros para los gustos de todos. – Lo sé de buena fuente: Karla García, auxiliar de procesos técnicos de biblioteca me lo contó.
Hasta el momento se ha tenido buena participación, considerando que es un proyecto nuevo, pero siempre podría ser mejor. De los estudiantes que participaron en esta actividad, aproximadamente el 80% eran usuarios recurrentes. Considerando que lo que se busca es invitar a más personas a formar parte de la comunidad lectora, aún nos falta camino por recorrer.
Hay nuevas adquisiciones en puerta para continuar enriqueciendo nuestra biblioteca, reconociendo que el crecimiento reciente de nuestra colección se debe mayormente a las donaciones. – ¡Sigan donando, amigos! Es muy importante para que el conocimiento y las artes estén al alcance de toda la comunidad. –No seas envidioso, pues.
¿Quieren saber de mis citas a ciegas? Descúbranlo en el siguiente número –o no.