¡libros para todas, para todos!
Conoce tu biblio: la poesía de lo cotidiano
Brenda García /Grupo Representativo de Escritura Creativa
Es un gusto saludarlos de nuevo, queridos lectores. Al momento en que escribo este artículo estamos ya en la recta final del último semestre del año, y tristemente también es el último semestre de mi carrera en La Salle. Han sido siete semestres realmente gratificantes, en los que tuve la oportunidad de formar parte del equipo de redacción de Epicentro; las experiencias y gente que conocí haciendo lo que amo las llevaré siempre en el corazón.
En los últimos tres números, he escrito esta columna con la intención de despertar el interés del público para explorar la literatura no académica; algo que recalco al final de cada artículo es que debemos hacer crecer el acervo literario que tenemos en la universidad donando los libros que tengamos en casa. Así que, antes de despedirme de mi fase de estudiante en esta universidad, predicaré con el ejemplo y donaré algunos de los libros que tengo en casa para disfrute de todos ustedes. Justamente, el último libro que les recomendaré es una donación mía. De pronto oigo la voz del agua es una novela publicada en 2021. Fue escrita por Hiromi Kawakami, autora japonesa nacida en Tokio en el año 1958; ha sido ganadora de múltiples premios en los que destacan el Premio Ito Sei y el Woman’s Writters en el año 2000 por su novela Abandonarse a la pasión.
De pronto oigo la voz del agua
de Hiromi Kawakami
De pronto oigo la voz del agua sigue la historia de Miyako y Ryo, dos hermanos que han regresado a vivir a la casa de sus padres después de la muerte de su madre. Es una historia donde los recuerdos y la melancolía inundan al lector, para sumergirlo en un estado de sosiego propio de la vida campestre japonesa de los años setenta, llevándonos por este río de memorias cotidianas hasta la actualidad.
El título de esta entrega hace referencia a la poética que se encuentra implícita en el día a día que vivimos personas como tú y como yo, y Kawakami supo perfectamente cómo encapsular ese sentimiento de serenidad indefinido, en el que simplemente fluyes con en el cauce de la vida; prueba de ello es este pequeño fragmento que les doy a saborear:
Para mí, leer este libro se sintió como cuando te acuestas en una hamaca que está bajo la sombra de un árbol, y simplemente te dejas arrullar por el sonido del viento chocando con las hojas y el canto de los pájaros silvestres que hacen su nido en las alturas. La forma en que la autora domina el lenguaje y juega con él hace que pierdas la percepción del tiempo; con ella, incluso el viaje más largo en carretera se convierte en un paseo por el parque.
Se dice que para que una historia sea interesante, es necesario que exista un conflicto que resolver; no obstante, en esta historia de Kawakami no se logra distinguir un conflicto principal con el que tenga que lidiar la protagonista. No por ello la trama deja de ser fascinante. Como único consejo les diré que confíen en su intuición mientras van leyendo la novela: como piensen que va a terminar la historia, probablemente así sea.
Sé que estaban acostumbrados al tono humorístico que siempre uso. Sin embargo, hay momentos en la vida en los que uno tiene que ponerse serio –no todo el tiempo, pero sí en algunas ocasiones.
Espero que hayan disfrutado de mi última reseña. No se asusten, este espacio no se termina conmigo. Mis compañeros de Epicentro continuarán realizando esta columna, para que cada día más personas de la comunidad puedan encontrar ese libro que los ha estado esperando.