Reflexión y acción ambientalista
Educación y espiritualidad ecológica
Eleazar Martínez Vásquez /Jefe del Centro de Formación para la Trascendencia
Fotografía: Ninandii Antonio/Comunicación Institucional
En este momento de nuestra historia requerimos de una educación ambiental con un sentido crítico hacia los conceptos acuñados por la Modernidad: la razón instrumental, el individualismo, el progreso indefinido, la competencia, el consumismo y el mercado sin reglas. Aunado a ello, nos urge recuperar los distintos niveles de equilibrio ecológico: interno consigo mismo, la solidaridad con los demás, el natural con todos los seres vivos y el espiritual con Dios.
la fraternidad entre los seres de la creación y la responsabilidad del ser humano en la preservación de la casa común.
En el marco de la fiesta de San Francisco de Asís, el p. Alfredo de la Cruz (Misionero del Espíritu Santo) dirigió a estudiantes de bachillerato y licenciatura de nuestra Universidad la reflexión titulada Educación y espiritualidad ecológica, que estuvo centrada en las enseñanzas del Santo de Asís y en las recomendaciones de la Carta Encíclica Laudato si del Papa Francisco: la fraternidad entre los seres de la creación y la responsabilidad del ser humano en la preservación de la casa común.
En el escrito del pontífice se subraya la necesidad de que la humanidad cobre conciencia de que tiene un origen común al de toda la creación, con pertenencia mutua y con un futuro compartido. Y es que la actitud autorreferencial nos ha llevado a un aislamiento en nuestra individualidad; esta actitud conduce a un vacío interior que intentamos llenar con el materialismo: comprar, consumir y tener sin límite.
piezas de Nohemí Agustín, Jesús Isay Rodríguez y Emily Villagómez/Grupo formativo de Artes Plásticas, 3er semestre de Bachillerato
El padre De la Cruz afirmó que, ante este panorama, se hace necesario generar cambios concretos en nuestros estilos de vida: acciones específicas que puedan ejercer una sana presión en el ejercicio del poder político, económico y social. Nuestro actuar en este sentido tendrá injerencia en las decisiones de las empresas, de manera que consideren el impacto ambiental de sus patrones de producción.
Estas acciones implicarán que nosotros, como miembros de la sociedad, creemos hábitos que paulatinamente nos lleven a una transformación personal, con la firme convicción de que, a través de acciones cotidianas, se conforme un estilo de vida comprometido con el cuidado de la creación. Ante el pensamiento recurrente que todos los esfuerzos realizados no tienen el impacto para cambiar el mundo nos debe quedar la seguridad de que nuestras acciones significativas generan un bien para la sociedad y que sus frutos se producen más allá de lo que se puede constatar de manera inmediata.
Al terminar la charla, el Grupo Representativo de Danza Contemporánea presentó una pieza original inspirada en las locuciones del santo de Asis: Hermana Luna, Hermano Sol, Hermana Agua, Hermano Fuego, Hermana Tierra. El movimiento de los cuerpos en el espacio, las luces y sombras generaron metáforas de las ideas vertidas en la plática, moviendo a la reflexión a través de la emoción de la danza.
Fotografía: Ninandii Antonio/Comunicación Institucional
Una actitud de conciencia y responsabilidad con los seres que nos rodean alimenta el desarrollo de nuestra dignidad personal, puesto que nos lleva a una mayor profundidad vital y nos permite experimentar la gratitud por nuestra experiencia de la vida y la permanencia en este mundo de las generaciones futuras.