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La columna de música

Ilustración: Paula Aranda

Rutas inciertas

¿Qué rutas ha trazado la música en el mapa del mundo? ¿Dónde nació?

Muchos libros inician el relato con las obras europeas de la Edad Media y el Renacimiento, cuando las notas musicales empezaron a llenar espacios no religiosos. Sin embargo, hay mucho más antes de esa explosión musical, aunque los viajes de la música no marcaron una ruta clara.

La música vocal estuvo presente en las culturas de todos los tiempos; la instrumental, al parecer, inició en el centro de Asia y se dirigió después hacia el Oriente Lejano. Los instrumentos japoneses y chinos más antiguos e importantes tienen un antecesor en Persia, en Pakistán o en la India. Había instrumentos de cuerda, de viento, de percusión; eran de diversos materiales y casi todos de ejecución muy complicada, como si estuvieran reservados para virtuosos de fuerte carácter.

Algunas pistas de esta historia

La historia de la música no es simplemente la historia de la evolución de los instrumentos que producen sonidos afinados, pero tal evolución nos da una pista muy interesante. La voz humana es el instrumento más antiguo, y podemos decir que en todas las culturas tuvo un lugar especial para dirigirse a la divinidad y en diversos ritos. No obstante, cuando en un grupo humano llega alguien a construir un instrumento complejo y de difícil ejecución, proyecta un avance musical muy relevante. Si pensamos en el rudra veena de la India -ese instrumento de cuerda pulsada con dos calabazos como cajas de resonancia en sus extremos- nos remontamos al año 3,000 antes de Cristo. Es considerado el más sagrado y el más antiguo de la cultura hindú.

En 1978, realizando excavaciones en la provincia de Hubei, al sur de China, fue hallado un carrillón de 65 campanas afinadas llamado Bian Zhong, procedente del siglo V a. C. Pero los historiadores calculan que para el año 2,000 a. C., ese instrumento ya estaba en uso, y que pudo ser tan antiguo como el rudra veena. El yuan u ocarina ya se usaba en China desde unos 4,000 años a. C.

Incluso el sheng, instrumento de lengüetas metálicas libres -utilizadas en Europa durante los dos últimos siglos para el organillo de boca y para el acordeón- ya estaba en China por lo menos 2,400 años antes de nuestra era. Y sin embargo…

El hallazgo de la flauta de hueso de buitre, procedente de la cueva Hohle Fels al sur de Alemania, y que reporta más de 35,000 años de antigüedad, nos obliga a remontar la búsqueda a esos tiempos.

Otra pista interesante es la historia de las religiones, pues la música se desarrolló en torno a lo mágico, a lo misterioso, a lo angustiosamente incomprensible. En la antigüedad, solo los griegos llevaron la música a su vida social. La misma palabra música proviene de las hijas de Zeus: las musas, según la mitología griega, inspiraban todas las actividades creativas e intelectuales.

Y una pista más es el registro de la música. La aparición del tetragrama en la Edad Media, y la del pentagrama en la Italia del siglo XVI permitieron la notación musical y aceleraron su viaje. La imprenta propició otro detonante para la dispersión de la música en todas direcciones. La grabación con diversas técnicas analógicas apareció a inicios del siglo XX, y abrió una nueva era, no sospechada por los más célebres músicos de las épocas anteriores.

Siguiendo algunas huellas

En la antigüedad remota, la dificultad para cubrir las distancias entre las diferentes regiones del planeta hacía difícil el peregrinaje de la cultura, y la presencia de la Muralla china -iniciada hacia el siglo II a. C.- habría impedido tanto la exportación de los instrumentos chinos como la importación de los creados en otras regiones del planeta; de modo que China se quedó con lo que tenía antes de su Gran Muralla.

Vintage engraving of the Great Wall of China . The Graphic, 1887.

La invasión de los arios, entre los siglos XIV y III a. C., la de los jonios y dorios a los Balcanes, hacia el siglo III a. C., pudieron haber llevado parte de la música hindú hacia Europa.

Las huellas de la música nos llevan hasta el Oriente Medio. Si el islam inició en el siglo VII d. C., podemos decir que la música del Oriente Lejano llegó hasta Arabia mucho antes, y conforme el islam fue invadiendo territorios, la música viajó junto con la violencia musulmana.

Hay estudiosos que piensan que la guitarra, símbolo de la música española, llegó a la península ibérica a raíz de la invasión árabe; pero tiene tanta similitud con la lira griega, quizá llevada a los Balcanes por los hititas… Por otra parte, en la India y en Pakistán existía desde siglos atrás el sitar, instrumento con caja de resonancia de cuerda pulsada, que puede tener de 18 a 26 cuerdas de acero afinables que vibran por simpatía. Y la guitarra tomó su nombre precisamente del sitar. Todos los instrumentos y la música vocal han evolucionado de manera sorprendente.

Cruzando el océano

Como desde tiempos remotos la Península Ibérica es un mosaico de culturas, España fue escenario ideal para la música: celtas, griegos, fenicios, romanos… Después lo fue para la música flamenca, árabe y gitana, sin excluir las influencias italiana y francesa. 

Parecía que la música anidaría por muchos siglos más en Europa, en la tranquilidad de los monasterios, en la liturgia católica y al amparo de los mecenas laicos o eclesiásticos, pero con los dolores de la colonización, la música viajó de España a sus territorios americanos. Era el tiempo del Renacimiento europeo. Pero… ¿en qué momento la música española empezó a ser latinoamericana? Para entender de dónde vino nuestra música que ahora llamamos regional, o folclórica, o tradicional, bastaría escuchar el Fandango en re menor del Padre Antonio Soler, español, o el Fandango en re Mayor del italiano Luigi Bocherini radicado en España en el siglo XVIII, y a la vez que uno escucha cualquiera de estas dos obras, mentalmente agregar el zapateado propio de nuestras tierras. La jota española -sea aragonesa, navarra o de cualquier rincón de España- está en el alma de las canciones mexicanas más tradicionales: La Zandunga, Cielito Lindo, la Canción Mixteca; el compás ternario con sabor a España navega entre los sones y las chilenas. Y en la parte sur de nuestro continente habita la cueca, el vals peruano, el huayno y muchos géneros que condensan el mestizaje cultural.

Dábamos por hecho que la marimba llegó a América Latina desde África o de Asia, donde hay instrumentos algo similares. Parecía fácil aceptar que esas maderas sonoras habían viajado con el inhumano desplazamiento de los esclavos hacia América, pero desconcierta comprobar que en las regiones de nuestro continente donde hubo mayor población de negros no hay marimba, como ocurre en los Estados Unidos y en Cuba; esto no quiere decir que no exista una sola marimba en esos lugares, pero realmente la marimba se desarrolla especialmente en Chiapas y en el altiplano occidental de Guatemala. Parece que el invento de este instrumento de percusión ocurrió simultáneamente en África y en algunos lugares de América, iniciando en niveles primitivos hasta que fue construido con la estructura de la escala diatónica, ya a finales del siglo XIX, cuando el chiapaneco Corazón de Jesús Borras Moreno construyó una marimba de doble teclado, como dicen.

África y América

Con la esclavitud de los africanos, a inicios del siglo XVII, surgió en el delta del Mississippi -al sur de los Estados Unidos- la música afroamericana, que significó una revolución musical que sigue llenando todos los rincones del planeta. Los gritos desgarradores de los sufrientes prisioneros, las llamadas en los campos se convirtieron en el género negro espiritual, y en la doliente escala blues. Del sentido rítmico que traían en la sangre nuestros hermanos africanos fueron apareciendo la síncopa y el contratiempo, y con ellos, el ragtime, el boogie, el charlestón, el jazz, el rock y todos los derivados y mezclas que resuenan en nuestros dispositivos electrónicos.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el emperador japonés Hirohito propició la apertura para que su país recibiera cultura europea, y aunque muchos japoneses lo consideraban una traición a sus tradiciones, empezaron a entrar en su nación el piano y la guitarra, y con ello, el rock; y con el rock, la música de The Beatles. China, Corea y otros países de Oriente se abrieron a la música occidental, y numerosos grupos y solistas interpretan jazz, mambo, rock; y en el concurso internacional de marimba que ocurre en Tuxtla Gutiérrez anualmente, hay tanto competidores locales como también personas de otros países, especialmente del Lejano Oriente.

La ruta continúa

La música viaja hoy por los caminos de la globalización. En todos los continentes suena la música de todos los períodos, de todos los “ismos”, y los intérpretes virtuosos no son forzosamente de los pueblos originarios; de modo que la música se está convirtiendo en arte verdaderamente universal. 

Fuentes consultadas:

Hamel & Hürlimann. 1970. Enciclopedia de la Música. Grijalbo. México.

Collisson, S. y otros. 2018. El libro de la música clásica. DK London. China.

Blanning, T. 2011. El triunfo de la música. El Acantilado.

Cullin O. 2005. Breve historia de la música en la Edad Media. Paidós. España.

Almeida J. 2015. Un siglo de historia musical. Mileno Diario. México.

Dultzin, S. 2010. Sociología de la Música y Educación Musical. Luzam. México.

Dufourcq, N. 2016. Breve historia de la música. Gandhi Editores. Fondo de Cultura Económica. México.

Fleming, W. 1994. Música e ideas. Programas Educativos. México.

Lavoix, H. 2008. Historia de la Música. La España Editorial. España.

Guzmán, G. 2021. De un fandango. México.

2 thoughts on “La columna de música
  1. Vicente Aranda Vásquez

    Excelente información documental y las ilustraciones. Felicidades a todo el equipo.

    14 agosto, 2023 Reply
    • epicentro

      Muchas gracias! Por favor compartan en sus redes, para lograr mayor difusión

      21 agosto, 2023 Reply
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